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¿Cómo contarle a alguien sobre tus fetiches? - Guía para fetichistas

En una sociedad llena de tabúes, puede ser difícil expresar todas nuestras preferencias sexuales y fetiches libremente, especialmente si estos son fuera de lo común. Es probable que ya estés preparado para contarle a tu amante o pretendiente todo lo que pasa por tu cabeza, pero no sepas muy bien por dónde empezar o cómo hacerlo.


¿Quieres compartir tus secretos? ¿Buscas a alguien que te acompañe en tus eróticas aventuras? ¡Aprende a contarlo sin morir en el intento!


Pero antes de mostrarte el camino, comencemos desde cero. 



¿FETICHE O KINK?

Estos dos términos, ambos relacionados con el sexo y el erotismo, hoy en día se utilizan como sinónimo. Sin embargo, cada uno tiene su propio significado. El kink, es la atracción por algunas prácticas particulares, la dinámica de los encuentros eróticos (como la sumisión y la dominación), trajes, sensaciones… Mientras que el fetichismo se enfoca en los objetos que pueden causarnos fuertes emociones, como zapatos de tacón alto, medias o ropa de cuero. En efecto, el fetichismo es parte del kink.


La parte más difícil de tener un fetiche y querer hablar sobre él, es que en la sociedad muy pocos saben lo que realmente significa “tener un fetiche”. Surgen muchas preguntas que casi nadie sabe responder, por ejemplo, ¿para que un fetichista pueda llegar al orgasmo es obligatoria la presencia de un objeto? No necesariamente. En realidad, muchas de las actividades que conocemos como kink no requieren contacto con los genitales, sin embargo, pueden proporcionar un fuerte placer mental. 



ENTENDAMOS MEJOR EL TÉRMINO "FETICHE"

Los fetiches no son más que fuertes preferencias sexuales por situaciones específicas o por el contacto con objetos que desatan un gran deseo erótico. También es lo que conocemos como fantasías sexuales o Role-Playing. El sexo kinky engloba todas las prácticas sexuales alternativas a las relaciones tradicionales. Es decir, todo lo que se sale de los parámetros acostumbrados por la sociedad, como tener sexo con fines reproductivos entre hombre y mujer exclusivamente, usar la penetración como único método, etc.


Por otra parte, el origen de los fetiches es un misterio para la ciencia. Los investigadores afirman que no hay ninguna evidencia que indique de dónde provienen, en qué edad se desarrollan, y por qué se manifiestan. Pero sí hay algo seguro, y es que generalmente estos aparecen durante la infancia o la adolescencia, cuando el joven individuo muestra interés constante en objetos específicos, como medias, guantes o zapatos de mujer. 



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¿CÓMO COMUNICO MI FETICHE?

Sin importar si tu fetiche se trata de una adoración por los pies, pasión por el látex, o algo tan poco usual como pinchar globos inflados, lo peor que puedes hacer es mostrarlo como si fuera una enfermedad mortal o un grave problema. Debes ser muy optimista e invitar a tu pareja a vivir la experiencia contigo, suena mucho mejor decirle “Ahora puedes hacerlo conmigo” que “Ahora debes hacerlo conmigo”. Mantén una actitud que pueda crear el mejor escenario durante la conversación, no te dejes ver como una víctima sino como alguien con algo fantástico que ofrecer, una nueva y alocada aventura erótica.


Afortunadamente, la aceptación a las prácticas sexuales no tradicionales ha logrado cambiar con el tiempo. Actualmente algunos fetiches son tan populares que los encontramos en libros, películas o en la televisión, y no son tan chocantes como lo eran hace algunos años.


El BDSM es una de las prácticas no tradicionales que ha logrado influir en muchas personas gracias al cine, y ahora cientos de personas lo practican. Si quieres conocer más sobre esto, te invitamos a leer nuestro artículo BDSM para principiantes. 



¿Eres un fetichista, o sólo te gustan las aventuras en la cama y quieres gritarlo a los cuatro vientos? ¡Esta guía es para ti! 



Investiga la situación

Si no tienes ni idea de cómo reaccionará la otra persona cuando le hables de tu fetiche, entonces lo mejor es que hagas una previa “investigación” de la situación. Por ejemplo, puedes invitarlo a ver una película en donde se muestren tus fetiches, o enseñarle un libro en donde alguien los practique. Esto te permitirá ver su reacción, además de que podrás alentarlo a que te cuente qué opina sobre ellos. La asociación del fetiche a la cultura popular puede hacer que tu pareja se interese por éste y quiera conocerlo más.


Ver que ese tipo de prácticas existen y que otras personas las practican puede despertar la excitación por primera vez. Quizás esto siembre una “semilla de fetiche” en la mente de la otra persona que luego de mucha reflexión le haga sentir deseos de realizar esa fantasía.



Conoce lo que quiere la otra persona

Tal vez tu pareja también tenga un fetiche en mente. Si estás abierto a darle placer a la otra persona, hay más posibilidades de que ésta también pueda abrirse ante ti. Además, de esta manera podrás conocer mucho más sobre quién es realmente tu pareja y cuáles son sus deseos.


También es la situación ideal para que veas cómo es tu reacción ante las fantasías de otros, y así podrás entender un poco mejor que la respuesta hacia la notica de un fetiche no necesariamente es siempre positiva en un principio. Sin embargo, esto no significa que en el futuro no puedan disfrutar juntos de una noche de fantasía. 



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Sé directo

Si ya estás por completo decidido a hablar sobre tus fetiches, tienes que ser lo más claro y detallado posible. Por ejemplo, si te excitan los zapatos de tacón alto, muéstrale cuál es el modelo que más te gusta; si sientes una fuerte atracción por las axilas, especifica si las prefieres afeitadas o peludas. Esto ayudará a la otra persona a entenderte y saber qué es exactamente lo que quieres.


Tienes que ser sincero si quieres que tu fetiche también esté presente en la relación y no sólo en tu imaginación. Es importante que hables sobre esto, porque necesitas saber si una relación en donde no puedas estar completamente satisfecho sexualmente puede funcionar.


Si tu pareja no está dispuesta a vivir tus fantasías junto a ti, pueden buscar otras opciones. Por ejemplo, pagar a alguien que cuide de tu personalidad erótica, o visitar sex clubs o clubs de fetiche bajo el consentimiento de tu pareja. La última opción es la más indicada si tu amante no puede realizar tus fetiches por diferentes razones.


Aunque te suene como algo imposible, no rechaces estas posibilidades de inmediato. Debes saber que cada persona tiene puntos de vista diferentes, y que para algunos el concepto de traición es bastante suave; tu pareja podría tener la mente más abierta de lo que piensas. Esta solución es especialmente óptima para los fetiches que no requieran de contacto con los genitales, penetración o besos. Si van a optar por esto, puedes proponerle a tu amante que participe como espectador del encuentro.


También debes estar preparado para una respuesta negativa, pero no debes rendirte ya que aún hay mucho por hacer.


Una reacción a la defensiva es inevitable si tú y tu pareja están abiertos sexualmente en diferentes niveles. Puede que él no acepte aún las mismas expresiones sexuales que tú. En este caso, debes saber que su reacción no necesariamente es contra ti, sino que podría estar respondiendo ante la nueva situación por miedo, sorpresa o vergüenza. Debes darle un poco de tiempo para que pueda procesar la información, pensar en qué le excita e investigar sobre lo que hacen otras personas. Quizás con el tiempo tu pareja logre convencerse a sí misma de que tu fetiche no es malo, feo o indecente, sino que es mucho más común de lo que pensaba y se decida a intentarlo para aprender nuevas formas de placer sexual.


Pero no te olvides de asegurarle que aún quieres tener sexo con él de la forma en la que están acostumbrados a hacerlo. Hazle saber que es importante y emocionante para ti.



Y lo más importante lo dejamos para el final: Recuerda que las sociedades fetichistas son muy tolerantes y abiertas. Quizás en ellas puedas encontrar una persona especial a quien le guste hacer exactamente lo que tú necesitas en tu vida sexual.